Se celebra en el mes de Mayo, el sábado víspera de la Ascensión. La tradición manda contar cuarenta días a partir de la Pascua, y veinte más para el Corpus. La fiesta se conoce popularmente como San Roquillo (o San Roque pequeño) para distinguirlo de San Roque de Agosto (o San Roque grande).

 

En Cihuela tenemos dos tallas de San Roque, una muy valiosa, por su antigüedad y riqueza artística, de principios del barroco, que se conserva en la Iglesia, y otra, de menos valor, que se encuentra en la Ermita durante todo el año. Los orígenes de esta pequeña romería se fundamentan en la tradición de trasladar a la Ermita la imagen valiosa para que proteja los cosechas desde su nacimiento hasta la siega, es decir, desde Mayo hasta Agosto.

 

Así pues, cada vez que se iba a la Ermita, se cambiaban las imágenes, en Mayo se subía al grande y se bajaba con el pequeño, y en Agosto lo contrario, se subía con el pequeño y se volvía a bajar al grande, de modo que éste último, el de más valor, había estado tres meses en la Ermita, pero los robos en las distintas ermitas de alrededor hicieron que se dejara de realizar este tradicional cambio.

 

Durante la mañana, además de la correspondiente procesión y misa, las pujas de los palos y la subasta de regalos, se organiza una gran chuletada en la explanada de la Ermita, acompañada de excelentes y ricas viandas, como chorizo, longaniza y panceta, regadas con abundante vino de la tierra. Por la tarde tenemos baile con la charanga y chocolate realizado por las mujeres, la noche se termina en las peñas. 
 


Galería de Imágenes

Comparte esta Página